Ya se va acercando el momento y aún quedan preparativos por delante. La verdad es que siempre es bueno prepararse para cuando se inicia cualquier camino pero en este caso en el que lo hare con un bebe de 7 meses pues hay que intentar conseguir la mejor información para estar prevenidos por los posibles imprevistos. Hasta ahora he mirado las etapas y aún no he decidido cómo repartir nuestro esfuerzo andariego. Tengo dudas en cuanto a lo que aguante el peque, a sus necesidades, y por su puesto el tiempo siempre es algo imprevisible y que tiene un gran peso en nuestro desenvolvimiento. Pero de momento estoy centrada en los albergues, en cuales puedan ser los más idóneos para nosotros que practicamos el colecho. Desde la última vez que anduve por el Camino Francés en la zona gallega se han reproducido los albergues de una manera asombrosa. Lo cual es bastante ventajoso, entre otras cosas porque no sólo en los años jacobeos la afluencia de gente es grande. Creo que hacer el Camino es una experiencia única y ese privilegio hay que aprovecharlo. Pero volviendo a los albergues hay que decir que son una parte importantísima del Camino. Son ese oasis que te espera al final del día en el que podrás darte una ducha, algo que es maravilloso después de caminar 25km, en el que un/a hospitalero/a te dará ánimos, compañía y buenos consejos. En el que otros peregrinos compartirán la alegría de estar en el Camino y las anécdotas del día. Habrá también tiempo para el silencio, la reflexión, la impronta de pensamientos en una hoja en blanco. Que el albergue esté limpio, bien ventilado… que haya agua caliente o que la cama sea confortable son lujos de rey, no porque no se encuentren, sino por cómo se disfrutan. Pero todo es secundario si la acogida del hospitaler@ no es cercana.
Y en esta particular aventura que va comenzando pues nuestro punto de partida es Sarria. Contacté con el albergue privado de San Lázaro porque tenía buenos comentarios sobre las hospitaleras y la verdad es que, desde los emails, me están ayudando a organizar el dónde dejar el coche, una litera al lado de la pared para que el bebe no se caiga y la posibilidad de mandar la mochila por transporte; que puede ser muy de “turiperegrinos” pero que en este caso nos ha parecido la mejor solución porque el carrito que tenemos, pese a que es todo terreno, no me ha parecido que pueda superar terrenos que en estas fechas pueden estar embarrados. Igual si tenemos otra oportunidad y tras estar más atentos al terreno pues repitamos con carro, pero de momento llevaremos a nuestro bebe en portabebe y la mochila nos la llevaran, no las dos mochilas, claro, sino sólo una de ellas. Y hablando de mochilas, voy a ir preparando lo que debemos llevarnos al Camino.